Hace unos días hablaba con
una compañera de trabajo sobre la escena de Amélie en que encuentra un juguete
y busca a su antiguo dueño, ese niño del pasado que aún vive en alguna parte de
ese adulto del presente. Hablábamos de cuánto nos gustaría hallar algo así y
hacer de heroínas anónimas que rastrean a un niño que lucha por sobrevivir
dentro de un adulto.
Me quedé pensando en ese
tema, en los hallazgos inesperados, esos que te cambian el día. Las dos sabíamos
que la posibilidad de que pasara algo así era bastante escasa. Aunque ambas
alquilamos, no hallamos nada así. Le conté de cuando encontré, en el taparrollos,
una petaca y que imaginé una persona alcohólica como en las películas que
esconden sus petaquitas por ahí. Pero no, lo más probable es que quienes
hicieron el taparrollos se hayan tomado una para celebrar que terminaron el
trabajo y la dejaron ahí.
Sin embargo, por mínimo
que fue ese encuentro, por banal y poco poético, me gustó. Hallé algo que no
sabía que estaba. No lo busqué, apareció solo y me hizo imaginar una historia. Como esas personas que aparecen
en la calle con una sonrisa y te sorprenden porque en el centro nadie sonríe y
después te dan ganas de sonreírle a todo el mundo, creando tu propia historia.
Seguí pensando, porque soy
una persona que no se saca fácilmente algo de la cabeza, y me acordé de un día
que encontré, hace ya unos años, un subtepass que detrás tenía una poesía anónima, simple, del
momento. Me sorprendió, me quedé pensándola y es el día de hoy que la recuerdo.
Como mi compañera de
trabajo y como yo, seguro hay mucha
gente más que quiere ser sorprendida, que quiere una sonrisa o un pensamiento
que perdura. Decidí dejar de esperar ser una receptora y empezar a ser emisora.
Cuando voy a una casa, dejo algún papelito escondido, ahí donde el dueño no
espera encontrar nada. En los colectivos copio una frasecita que me acuerde en
el momento. En la calle cuando me reparten algún volante lo guardo en la
mochila y los días de lluvia lo convierto en un barquito que dejo en los
charcos al lado de los cordones, o un avioncito en las ventanas de las casas
los días de sol.
Decidí dejar de esperar
que las cosas pasen y empezar a hacerlas pasar. Ya no espero que una persona me
haga amar, ahora amo todo. Cada plantita cuando la riego, cada perro que
encuentro en la calle y lo acaricio, cada momento que decido vivir y valoro mi
libertad.
Cada momento que no amo la
libertad que uso para hacer lo que quiero es un momento que no vivo. Y a mí me
encanta vivir, mientras tomo unos mates y miro las nubes por la ventana.
Y sin querer queriendo, sin esperarlo pero esperando ese "algo más", un día, todo el amor vertido, vuelve a las raíces. Como el agua de las lagrimas, que se convierte en lluvia, y luego en el agua de ese te, que compartiste una mañana con alguien que te ama.
ResponderEliminarNo creo en las casualidades: si en las causalidades ;)
ResponderEliminarEsas palabras entre ustedes.Esas escenas rondando por tu cabeza, tal vez todo ello ayudo a que comiences a ver las cosas de otra forma.
Por que no imaginar e intentar hacer real esa imaginación?
Lo imposible no existe; solo personas incapaces de hacer de sus sueños una realidad.
Sabes? Nunca renuncies a tus sueños, sin ellos esta aunque sea la mínima posibilidad de ser feliz ;)
Besitos.
P/d me encanta llegar aquí y continuar descubriendo-te.
qué linda entrada. Esa escena de Amelie siempre me dejó con ganas de vivir algo así, también, pero nunca me pasó. Lo más cercano fue perder en un bondi el docuemento y que me lo devolvieran...
ResponderEliminar(Y)
ResponderEliminar"El que tiene imaginación, con qué facilidad saca de la nada un mundo."
ResponderEliminarqué lindo :)
ResponderEliminarMe pasa algo parecido con un libro usado que compré. Leo las anotaciones que hizo la lectora anterior (ya decidí que era una mujer) y trato de imaginarme lo que sentía o pensaba mientras leía. Saludos!
ResponderEliminarFuera de los halagos, algo le falta al texto: el poema que mencionás que encontraste y recordás pero que no está.
ResponderEliminarHace mucho tiempo, no paso por acá, y no perdes la excelencia para hacerme enroscar y pensar, y claro, no poder dejar de leerte. Salute.
ResponderEliminarAmelie, esa sí que es una historia digna de ser contada...
ResponderEliminarSaludos
J.
estoy siempre un poquito más enamorada de las palabras tuyas
ResponderEliminarADORO TU BLOG. Me sacaste una sonrisa cuando nombraste a la pelicula de Amelie :D He leido ya todo tu blog y para mi parecer es muy interesante, estas en mi lista de favoritos en mi blog http://estamuymuylejano.blogspot.com/ si quieres síguelo :3 seria un honor :D
ResponderEliminar"Cada plantita cuando la riego, cada perro que encuentro en la calle y lo acaricio, cada momento que decido vivir y valoro mi libertad." >>> ésto fue de lo mas esperanzador que lei en estos dias. Gracias por transmitirlo,Lu!!!
ResponderEliminarBien por decidir amar y por hacer que las cosas pasen,
ResponderEliminara esperar los buenos frutos de tales decisiones.
Besos ;-)
Bien por decidir amar y por hacer que las cosas pasen,
ResponderEliminara esperar los buenos frutos de tales decisiones.
Besos ;-)