Me hacen feliz

sábado, 23 de julio de 2011

Querer-te.


Las dos, la mina de los tatuajes y yo, teníamos una obsesión por la horizontalidad y eso abarcaba desde lo más literal hasta una postura política. En largas charlas hablábamos de cómo los distintos ámbitos de la vida podían empobrecerse aplicando una actitud verticalista pero también nos encantaba tirarnos al piso a fumar, ir al parque y apoyadas en el pasto a ver las estrellas, ver las pelis acostadas en la cama. Nuestras charlas más largas, ésas que nos hacían sacrificar horas de sueño, ocurrían horizontalmente. Hablábamos de todo y si alguna introducía un tema que la otra desconocía, nos proponíamos aprenderlo, contar lo que cada una sabía, leer un poco acá y allá y debatirlo. De todos los temas que pasaron por nuestras conversaciones recuerdo uno.

-¿Me querés?- me preguntó de repente.

-No- le respondí. Y mientras se dibujaba en su cara una expresión de horror, proseguí.- ¿Qué es querer? Vos querés un nuevo disco, querés comer determinada comida, querés ver a alguien. Querer es algo re efímero y no sé, me remite al capricho y a lo material. No me gusta esa palabra. Querer sería…no sé, tenerte algo así como objeto, exigirte cosas que te quiten tu libertad. Y no es eso lo que yo siento con vos, es algo diferente. No sé cuál es la palabra pero evidentemente no es querer.- Se quedó un rato en silencio mirando el humo del cigarrillo que ascendía, o el techo, con sus manchitas de humedad.

-Yo sólo necesitaba que me digas que sí. Pero me gustó tu respuesta. ¿Cogemos un rato? – Preguntó entre risas.

-¿Tenés que preguntar?- Le dije, acercándome.