Me hacen feliz

viernes, 23 de diciembre de 2011

When the music's over turn out the lights.


Me dijo que quería hacerse un tatuaje que me represente. Una estrella, me dijo. Le pregunté si era por la dicotomía cercana/lejana, lejana espacialmente, cercana en el campo visual. Me calló con un beso y después dijo “no explico los tatuajes”.

Me quedé pensando. El tatuaje es la última parte de la piel que se pudre después de morir. ¿Ella me quería tener un tiempito más después de su muerte? Pensaba, pensaba, pensaba. No le decía nada. Respetaba que no quisiera hablar mucho del tema.

¿Era nuestra relación un dolor corto que quería sentir porque la satisfacción era mayor? La amaba. El amor duele. No podía pensar mucho. Todo era disperso. Nunca nadie me había dedicado un tatuaje. Un recuerdo mío materializado podía ser un poema, una foto. Pero nada que trascienda el cuerpo y el tiempo.

Qué lindo homenaje, novia. Una estrella para calcular el norte. Te amo, novia, compartamos un fernet, fue lo único que le dije. Y fui a sacar los hielos para prepararlos.