Para el día siguiente con la mina de los tatuajes no habíamos arreglado nada y eso me gustaba: jugaríamos a encontrarnos de casualidad, tal como nos habíamos conocido. Claro que estaba el riesgo de no verla nunca más y era una posibilidad muy alta, porque en tantos años de interés similares nunca nos habíamos cruzado. Pero ni yo ni ella sabíamos otra forma de vivir sino a partir del riesgo.
Ése mismo día intercambié miradas con una chica en el colectivo cuando volvía del laburo. Dos pautas me daban el pulgar alto para el juego de miraditas furtivas: la distancia de mi en que se había posicionado en el colectivo, mostrándose entera y dando el ángulo justo para ese jueguito (sin contar que había asientos libres y decidió quedarse parada), y una pulsera de arco iris en su muñeca. Claro que nada de eso tenía importancia si no hubiera habido la insistencia de ojos buscadores de mis ojos.
Generalmente, el enamoramiento de colectivo es fugaz. Viene rápido y se va rápido. Yo, en mi etapa más caradura, decidí que una vez iba a ver hasta dónde podía llegar ese jueguito. Llegar a la frontera de todo, atreavesarla y seguir hasta encontrar una nueva frontera (y atravesarla también) siempre fue mi juego preferido, aquel juego responsable de todos los demás juegos, las miraditas furtivas y los encuentros de casualidad.
Pensaba que lo más probable es que todo salga mal. Seguro que salía mal. Esos amores fugaces se construyen sobre la total imposibilidad: el acercamiento nunca se va a concretar.
Cuando ella se alejaba hacia la puerta de bajada, su mirada se intensificó. Entonces me dije ya fue y cuando pasó al lado de mi asiento me paré y la seguí y me bajé en la misma parada que ella. Claro que no era mi parada, me faltaba bastante para llegar a mi departamento. Pero me bajé y le dije hey, ¿no querés ir a tomar algo? y aunque parecía sorprendida al principio, enseguida accedió. No sé si alguna vez me había resultado tan impactantemente fácil. Más cuando había puesto todas mis fichas al fracaso.
Entramos a un bar ¿café o birra?, birra, siempre. Hablamos un poco, le dije si quería ir a mi departamento y en ese mismo momento sonó inoportunamente mi celular. Era un número que no tenía registrado, pero enseguida me di cuenta que era Rachel. Decirme Lul la delataba. Era un mensaje que se sentía nervioso y pedía un oído. Rachel, siempre tan oportuna.
Le dije a la chica del colectivo que ya venia y en el baño la llamé a Rachel. Me atendió llorando. Me dividía a mi misma pensando en si era un histeriqueo o algo groso. Y como no quería lamentar nada, le dije que vaya en media ahora a mi depto.
A la chica del colectivo le pedí su celular y disculpas, porque me tenía que ir a hacerle el aguante a una amiga (la peor forma de asegurarme de que no me escribiría nunca era decir la palabra ex). Y me fui al depto y cuando la encontré, Rach estaba llorando y con un ojo morado.
Me pasa siempre. Pienso: "¿le doy mi número? ¿me bajo en la misma parada?".
ResponderEliminarAyer casi lo hago a la salida del teatro, pero la persona en cuestión estaba con madre y ¿tía?
Oportunidades que dejo pasar (y no me copa hacerlo). La próxima sigo tu ejemplo.
Besos
Mientras me bañaba hoy pensaba que extrañaba tus entradas, pero me conecté y me encontré con esto.
ResponderEliminarMe sentí re identificada con lo de los enamoramientos de colectivo :B
Bien ahí con mandarte.
ResponderEliminarUn beso!
Que grande. Al fin alguien que se anima a ir más allá con los "amores" de bondi. Good for you.
ResponderEliminar"Llegar a la frontera de todo, atreavesarla y seguir hasta encontrar una nueva frontera (y atravesarla también)"
ResponderEliminarme quedo con eso,
inmejorable tu blog.
que le habrá pasado??
ResponderEliminarseguro la chica del colectivo lo entendió :)
Uh, terrible desenlace, propios y extrañísimos de la vida real.
ResponderEliminarLeo tu blog pero cada tanto me cuelgo!
yo, no me considero ni hetero, ni bi (aunque es lo más probable), ni lesbiana. Pero siempre tuve esas cosa con las chicas, que lamentablemente (y no tanto)sabe mi novio, jajaaja.
Si hay algo que siempre me pregunté fue.. ¿cómo sabe uno si el otro le va a responder o si tiene las mismas "inclinaciones"? y demás cosas libradas al azar. Siempre se lo pregunto a mis amigos, todos muy seguros de sus inclinaciones sexuales, pero nadie me lo sabe decir. Algún día que estpe soltera tal vez lo sepa, quién sabe.
Te sigo leyendo!
Creo que igual no se arruinó nada. El hecho de que haya expectativa ahora lo puede hacer más interesante.
ResponderEliminarSi ella hubiera bajado del colectivo y no hubiera pasado nada ella habría pensado en vos las dos cuadras que le faltaban para llegar a su casa y listo. Nunca más. Ahora debe mirar el celular esperando el llamado.
Además, quedate tranquila que ella debe tener sus mambos también y se van a entender mutuamente.
me puse al día, enganchada de nuevo, impresionante!!
ResponderEliminarConocí muchos gordos (son mi objeto de deseo) en los colectivos.
ResponderEliminarCon casi todos tuve buenas historias (algunas breves (fugaces), otras, de buenas camas).
Con uno, estuve diez años en pareja.
Pero también tuve muchas de las que no se concretan. Las que parece que se van a dar...y nada.
Casi siempre fui el que tomó la iniciativa, pero una vez me sorprendió un lindo gordito, que tomaba el mismo colectivo que yo cada día para ir a trabajar. Un día me encaró él. Y la pasamos bien.
Besos,
Franco
Realmente sos una genia, está eso de no saber si es real o ficticio lo que escribis.
ResponderEliminarMe intriga saber qué le pasó a Rachel!
Besito
Qué le pasó a Rach? Qué intriga... Fue el de los músculos y el pene?
ResponderEliminarUn beso lejano, chica de la mirada buscadora y de los cruces fugaces.
sos una grosa, una Shane cualquiera !
ResponderEliminarTambién quiero saber que le pasó a Rachel!
Beso
Que le habrá pasado a Rach???? auch! que intriga! como me gustaría experimentar una aventura de bondi...soy re corta, me da verguenza y desvío la mirada...besos! contá contá lo de rach!!!!
ResponderEliminarQue grosa x atreverte con lo del amor del bondi!!! Si habré jugado a las miraditas en el bondi! (y/o el subte)
ResponderEliminarUy siempre nos dejas con la intriga hasta quién sabe cuando jaja
ResponderEliminarUh, parece que no le fue bien a Rachel, uff,decidiste con todo ir tras ella...eso habla bien de vos... y la chica del bus, seguro coincidirán un día de estos para seguir con la birrita, o no? daaale que diste un gran paso, uno que siempre me costó dar...grandiosa!
ResponderEliminarUn beso...nos leemos :)
todavía no lo leí, recíen empiezo, pero apenas lo abrí me dí cuenta de que el título dice Juegando. Por favor corregilo y apenas lo lea te digo que me parecio
ResponderEliminarAbril, que diga "juegando" es a propósito. Si lees el post, habla de trasgredir las fronteras. Y las fronteras del lenguaje pareciera que son las más difíciles de trasgredir. Es por eso que puse ese título, no es una equivocación.
ResponderEliminarRegreso de nuevo, con más ganas que nunca de estar con vosotros...
ResponderEliminarUn abrazo!!
Qé ovarios los tuyos, L. !
ResponderEliminarMe encandilan tus riesgos
Te beso!
Me excita mucho la situación del ahora o nunca con desconocidas
ResponderEliminarAhora quiero saber cómo sigue...
Que divertido es jueguito! Nunca lo jugue... pero no se si me animaría
ResponderEliminarY que paso con Rach?
las miradas de colectivo... tienen algo furtivo, algo de impune si el observado resulta ser hétero y se pone incómodo, algo de adrenalina si sostiene la mirada o la repite con disimulo varias veces...
ResponderEliminarme encantan tus pequeñas escenas, que son chiquitas y dicen mucho.
besote
Me encanta como escribis! Me colgué a leer todo el blog.. Saludos!
ResponderEliminarMe encantó lo que escribiste sobre los "amores" de colectivo. Es totalmente cierto. Por lo menos a mi me pasa todo el tiempo, y siempre soñé con que algún chico me pida el celular o me invite a algún lado, o simplemente tener una conversación sin demasiado sentido. Ojalá más personas tuvieran los huevos que tenés vos.
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